Si tenemos un gato en casa pero pasa la mayor parte del día solo, debemos pensar en conseguirle un compañero. Si tenemos espacio suficiente, un nuevo minino puede llegar a nuestro hogar y convertirse en el compañero ideal de nuestra mascota. 
Somos muchas las personas quienes amamos las mascotas y que luego de un largo proceso de selección, hemos decidido tener un gato. Pero suele ocurrir que, al ser tan independientes, los dejamos solos la mayor parte del día porque todos quienes viven en casa, deben salir a trabajar, estudiar, o realizar cualquier otro tipo de actividades.
Si nos sentimos tristes de dejarlo solo por mucho tiempo y contamos con un espacio suficiente como para poder tener otro minino más, entonces la idea de traerle un compañero debe ser realizada en corto tiempo.
El hecho de tener otro gato implica que tendrá alguien con quien jugar y que además es un contacto sano, vital y necesario para que no se aburra cuando se encuentre solo.
También resulta conveniente, porque cuando lleguemos a casa, no se mostrará tan demandante con nosotros pidiendo tiempo para jugar y compartir. Al tener un nuevo compañero, ambos gastaran energía de forma amigable y les servirá para socializar.
Tampoco vamos a esperar que desde el primer momento, nuestra mascota se sienta a gusto al ver un nuevo integrante de su familia, puede demostrar cierto recelo hasta que con el paso del tiempo se conviertan en grandes amigos, y puedan compartir alimento, agua, muchos juegos y hasta el espacio en donde hacer la siesta.
Para comenzar a hacer buena la relación, debemos mantener al gato nuevo, aislado en otra habitación para que nuestra mascota no se sienta invadida. Posteriormente los juntamos por breves momentos, pero siempre vigilados para verificar que se muestren amigables.
Un punto recomendado, es no brindarle muchas muestras de cariño al nuevo invitado y menos delante del otro. Tampoco debemos desatenderlo y se deben seguir haciendo las cosas como siempre, comenzando en todo momento por nuestro gato antiguo para que no sienta que ha perdido su dominio.
Si seguimos estos pasos y les damos a cada uno mucho cariño, rápidamente se convertirán en buenos amigos y no solo dejaran de pelear, sino que no querrán desprender ni un solo instante.
