Los gatos tienen distintas necesidades que los perros pero hay personas que igual los sacan a pasear como si fueran canes, con su correa y todo. Desde luego que hay ventajas sin embargo muchos pueden ser los inconvenientes de esta práctica.
Entre los riesgos de sacar a pasear al gato tenemos la posibilidad de resultarle un suceso traumático, más cuando se encuentra con otros gatos que no conoce. Los felinos necesitan de su arenero para hacer sus necesidades, no son como los perros que pueden hacerlo en cualquier lugar de la calle.
Los gatos se van a sentir inseguros e intranquilos pues no van a encontrar aquellas marcas de olor que suelen dejar en el hogar. Al estar sujetos de la correa es menos posible que puedan huir de los perros de la calle.
Según los expertos solamente se deben sacar a pasear a aquellos gatos con tendencia a escaparse, los gatos que siempre regresan deben ser permitidos de salir y entrar cuando lo quieran. Recuerda que debe haber un tiempo de aprendizaje para que el felino acepte la correa para pasear, si sales es mejor visitar lugares tranquilos lejos de perros. Si el gato no quiere salir de casa, dale su libertad de acción.