Los aciertos de la mascota se deben premiar pero esto no quiere decir que sus desaciertos deban recibir maltratos. Cuando una mascota no hace lo que le enseñamos sencillamente le llamamos la atención pero no se les debe golpear. Las mascotas son como niños pequeños, aunque tengan su edad no alcanzan a tener la comprensión que nosotros tenemos de nuestro entorno, después de todo las mascotas viven dentro de nuestra sociedad así que estarán siempre descubriendo cosas extrañas y no propias para su naturaleza.
No hables de manera airada con tu mascota demostrando así tu enojo por algún error, la mascota no te entiende y menos va a comprender tus palabras, claro que sabe que algo hizo mal por el tono alto de tu voz pero no comprende que pasó.
Debes tener paciencia para educar a estos seres bellos, la misma paciencia que tendrías con niños pequeños. Se práctico para enseñarle sus errores, no le intentes hablar como si fuera un humano pues no lo es, no lo trates como tal, este error lo comete la mayoría de dueños.
Cuando humanizas a las mascotas terminas juzgando sus acciones como si se tratasen de humanos, ellos necesitan otro tipo de estímulos para aprender normas. Los premios los motivan y un alto y fuerte ¡NO! las frena. Evita llegar al maltrato físico, controla tu molestia y descubre un lenguaje más asertivo comenzando por una energía calmada y dominante de las situaciones.