Al igual que los humanos y el resto de animales, las tortugas pueden sufrir una seie de enfermedades como neumonía, alteraciones intestinales, lesiones al caparazón, abscesos auriculares que se presentan como bultos wn uno o ambos lados de la cara y ciertas infecciones oculares. Par evitar estas complicaciones debemos darle una dieta adecuada y mantener al animal siempre limpio. Al igual que los humanos y el resto de animales, las tortugas pueden sufrir una serie de enfermedades como la neumonía, que surge cuando nuestra tortuga ha estado expuesta a fuertes corriente de aire. Cuando la tortuga tiene neumonía pierden el apetito, emiten un sonido característico al respirar y suelen burbujear por la nariz. Presentan problemas para respirar y nadan de un lado cuando son marinas.
Para evitar que se enfermen de neumonía, lo mejor el elevar la temperatura del terrario y permitir que se caliente al sol, ya que el calor refuerza el sistema inmunológico natural de los reptiles.
Otra enfermedad común son las alteraciones estomacales a nivel intestinal, que pueden ser el estreñimiento o la diarrea. Cuando las tortugas se estriñen se sabe que es por haber ingerido una dieta inadecuada, pobre de vitaminas o de sustancias que disminuyen el aporte de fibra. Para ayudar a la mascota podemos remojarla en un baño de agua templada por media hora, cubriendo la parte baja del caparazón.
Ahora si presenta diarrea, lo más común es que haya ingerido un exceso de fruta, u otro alimento en mal estado.
Para remediarlo, podemos agregarle a la dieta un poco de alfalfa o productos menos hidratados.
Se debe tener cuidado también en el agua que se le brinda y para ello debemos ser muy cuidados e higiénicos.
Las lesiones de caparazón resultan frecuentes, sobre todo cuando la tortuga es grande. A veces puede tener golpes o erosiones, o incluso fracturas. Cuando la tortuga está sana, lo más seguro es que sane por sí mismo, pero si tuviera heridas o le faltara un pedazo de caparazón, se debe acudir al veterinario para que lo reconstruya con resina.
El caparazón también puede sufrir de alguna deformación llamada piramidismo, que ocurre cuando se crea un crecimiento en forma de pirámide en los escudos del caparazón. Cuando crece demasiado, puede afectar los órganos internos del animal.
Esta enfermedad surge debido a una mala alimentación, o una alimentación en exceso. En otros casos puede deberse al permanecer en un ambiente con un nivel muy bajo de humedad.
Lamentablemente, el piramidismo no tiene cura pero si se puede detener brindándole una alimentación adecuada, así como ofreciéndola humedad y temperaturas optimas en su terrario.
Los abscesos auriculares también pueden aparecer en forma de bultos en uno o en ambos lados de la cara del reptil.
La mayoría de casos es debido a la falta de vitamina A, falta de luz solar o carencia de higiene. Es necesario acudir con el veterinario para que le realice una intervención quirúrgica y le cure bien la herida.
Debido a la falta de vitamina A o el estar en contacto con agua sucia, también son causas de infecciones oculares.
Nos podemos dar cuenta que las padece, cuando vemos a la tortuga con los ojos cerrados o hinchados, y sin ganas de comer.
Para sanar este mal se le puede lavar haciendo una mezcla de acido bórico con agua destilada o con una mezcla de agua con sal. En caso no se vean resultados, se le debe llevar con el veterinario.