Cuando nuestra mascota ha sido operada o tiene una herida reciente causada por cualquier tipo de alergia, se recomienda colocarles un collar isabelino para evitar que se dañen la zona afectada. Este aparato debe ser colocado por el veterinario y debe permanecer en el cuello del animal el tiempo que indique el especialista. Todos hemos visto en alguna ocasión, a un perro o un gato con un extraño aparato colocado alrededor de su cuello. Seguramente hemos acertado pensando que se trata de algo especializado que ha sido recomendado y colocado por el propio veterinario, por alguna situación o condición del animal.
En realidad este cono se conoce como collar isabelino, y es recomendado por los especialistas para evitar que la mascota se lastime con la boca, ciertas áreas de su cuerpo que puedan estar afectadas o que padezcan de alguna condición temporal.
Se coloca cuando el perro o gato tienen una herida quirúrgica, es decir una sutura causada por rascarse debido a cierto tipo de alergia. Cuando los animales sienten escozor se causan daños graves en la piel, ya que emplean los dientes para sentirse mejor.
El collar isabelino tiene la forma de cono y está elaborado de material plastificado suave que se coloca rodeando la cabeza del animal. Para poder sujetarlo al cuello, tiene unas agarraderas en las cuales se pasa una cinta para que quede bien sujeto.
Este collar debe quedar lo suficientemente ajustado, evitando que el animal se lo quite, pero hay que tener cuidado de no ajustarlo demasiado, haciendo que le creen lesiones o algún tipo de dolor al cuello del animal.
Lo mejor es que sea colocado por el propio veterinario, ya que para alguien sin experiencia, no resulta nada sencillo y hasta puede colocarse de forma incorrecta. Para que el animal pueda ver con mayor claridad, este collar debe ser transparente.
Resulta más complicado que el collar isabelino sea colocado en los gatos, estos animales son más inquietos y pueden quitárselo arañándolo con las uñas y haciendo uso de sus cuatro patas. Por eso debe ser colocado cuando aún se encuentra bajo los efectos de la anestesia, luego de haber sido operado.
Algunas mascotas resultan demasiado manipuladoras y suelen hacer trampas a sus dueños cuando usan el collar, no quieren comer, ni beber agua en presencia de ellos, pero cuando han estado internados en la clínica, han comido y bebido perfectamente con el collar puesto.
Este aparato ha sido diseñado para ayudar a la mascota en su proceso de recuperación y ellos pueden comer perfectamente de un plato estándar haciendo uso de su ingenio. Lo más recomendable es no retirarlo de su cuello hasta que las heridas hayan cicatrizado o cuando el especialista lo sugiera.