Las enfermedades hepáticas se han convertido en algo común que afecta a los perros y gatos. Este tipo de enfermedades pueden ser causados por muchos factores como fármacos, toxinas, algunos productos químicos ya pueden surgir como consecuencia de otras enfermedades. Casi siempre el tratamiento puede incluir medicamentos, cambios en la dieta y algunos suplementos. Pero lo mejor es prevenir, ya que muchas causas no son reversibles, lo mejor es que esté al día en sus vacunas, y debe ser alimentado e manera saludable, beber mucha agua fresca y realizar actividad física. De las muchas enfermedades que pueden presentarse en un perro, gato o en otro tipo de mascota, las enfermedades hepáticas se han convertido, desde hace un tiempo, en un problema bastante común.
Por eso siempre debemos estar observando a nuestro amigo para ver si surge algún cambio repentino, si se presentan algunos síntomas para reconocer la enfermedad y administrarle un tratamiento adecuado que le permita poder sobrellevar el mal.
Este tipo de enfermedades pueden ser causados por muchos factores como fármacos, toxinas, algunos productos químicos ya pueden surgir como consecuencia de otras enfermedades.
Los insecticidas, cantidades toxicas de plomo, fósforo, selenio, arsénico y hierro, también pueden causar daño hepático. Ciertas medicinas que son usadas por un tiempo relativamente largo, también pueden resultar perjudiciales.
Las enfermedades hepáticas también pueden ser acompañadas de infección del gusano del corazón, de diabetes o de síndrome de Cushing.
Ante una enfermedad hepática, los síntomas pueden ser muy parecidos en el perro y en el gato, con ciertas diferencias que se hacen imperceptibles.
Como es sabido, el hígado tiene muchas funciones, y una de las más importantes es la enorme capacidad de reserva y el enorme potencial con el que cuenta para regenerarse. Por eso los síntomas aparecen cuando comienza a degenerarse o aumenta su desgaste.
Los síntomas más frecuentes son vómitos, pérdida de aptito, apatía, anorexia, diarrea, palidez de la mucosas y pérdida de peso. En algunos casos, estos síntomas pueden ser confundidos con otro tipo de condición.
Todos estos signos y síntomas son muy claros y nos indican que el animal debe ser llevado con urgencia al veterinario, para que lo observe, examine y realice un diagnostico acertado. Posteriormente, se indicará el tratamiento más idóneo para curar los síntomas y ofrecerle a nuestro amigo una mayor calidad de vida.
Casi siempre el tratamiento puede incluir medicamentos, cambios en la dieta y algunos suplementos. Pero lo mejor es prevenir, ya que muchas causas no son reversibles, lo mejor es que esté al día en sus vacunas, y debe ser alimentado e manera saludable, beber mucha agua fresca y realizar actividad física.
Ciertas razas de perros como los dálmatas, labradores, cocker spaniel y el doberman, tienen mayor riesgo de padecer de estas enfermedades.
Si se detecta a tiempo, el hígado puede recuperarse hasta conseguir nuevamente realizar una función normal.