El gato Tonkinés es una raza oriunda de Canadá y que es producto del cruce de un gato siamés y un gato birmano. es un gato esbelto con cabeza en forma de cuña, ojos almendrados y pelo suave, fino y brillante. Posee una personalidad atrayente y es muy juguetón. Otra raza de gatos es la llamada Tonkinés, producto del cruce entre un gato siamés y un gato birmano.
El cruce entre estas razas se llevo a cabo hace algunas décadas en Canadá, específicamente durante los años 30, donde en un principio era conocido como Siamés dorado.
Oficialmente fue reconocido en 1974, y aunque se ha convertido en una raza muy popular en el norte de América, todavía es una raza algo extraña para el continente europeo.
Es una raza de felinos con cabeza en forma de cuña ligeramente redondeada, con mejillas altas, hocico romo, orejas de tamaño mediano con las puntas ovaladas y anchas en la base. Sus ojos tienen forma de almendra abierta y son inclinados hacia las orillas externas de las orejas y de color agua, que es una de las características definitivas de esta raza.
Su cola es estrecha y con proporción en longitud al cuerpo. Su pelaje es pegado al cuerpo y destaca por ser suave, sedoso, fino y con un brillo lustroso, y los colores clásicos son el mink natural o café mediano, el mink champagne, mink azul o gris azulado con puntos más oscuros azul pizarra, y el mink platino que es el gris plateado pálido con puntos gris escarcha más oscuros.
El gato Tonkinés posee una personalidad atrayente y los seguidores de esta raza aseguran que tiene los mejor del burnés y del siamés. Tiene una voz suave como la del siamés, y es muy aventurero.
Es una raza que necesita y devuelve compañía y afecto, es un gato muy juguetón y le encanta jugar con su amo y los demás miembros de la familia, así como con sus otros compañeros felinos.
Cuando se tiene uno de estos gatos en el hogar se deben levar al veterinario al menos una vez al año, a menos que presenten ciertos problemas de salud.
Los chequeos con el especialista deben incluir una exanimación a su dentadura y hacer una limpieza si es necesario.
Cuando cumplen 8 años, son considerados viejos, por ello a partir de esa edad ya se le pueden hacer exámenes geriátricos y adicionales de orina y sangre.
Ahora si tenemos un cachorro y hasta los seis meses, deben también ser examinados para conocer su madurez sexual y tomar decisiones importantes sobre el control de la natalidad.