Es clásico que encontremos a un gato arisco que es bastante duro y no soporta que lo agarren, por eso seguramente ya te habrás topado con un gato que hace de todo para no ser agarrado, ni siquiera acepta caricias escabulliéndose por donde menos lo esperas. Debes entender que los gatos siendo animales que afrontar la vida de mascotas mantienen en su ADN bien presente ese modo salvaje que los hace ser independientes a diferencia de los perros. Igualmente este comportamiento es más notable si el gato paso mucho tiempo en las calles antes de ser recogido.
Tal vez tu gato sea casero pero los genes siempre buscan como expresarse, lo que hay que evitar es cansar al gato, tienes que tener paciencia pues para todo se necesita tiempo y el gato va a necesitarlo. Si desde pequeño tuvo trato directo con los humanos pues no habrá problemas.
Los gatos necesitan su espacio, no les debes agobiar con tus antojos, ellos son por lo general quienes eligen en que momento quieren caricias y desde luego cuando los puedes agarrar. No los fuerces a que se adapten, a medida que pasa el tiempo el gato sentirá que el territorio es seguro y te tomará como miembro felino exclusivo.
Pongámonos en la posición del gato, imagina que un gigante te intenta agarra ¿crees que es algo fácil? pues no, el gato también tiene miedo y su instinto básico le ordena huir del enorme personaje que quiere atraparlo. Hay que ser sutiles con los tratos, al gato le gustan los movimientos delicados y nada bruscos. Respeta su espacio y se paciente.