A diferencia de los perros siendo cachorros, los gatos bebés son más hábiles, por lo menos los cachorros no pueden alcanzar zonas altas ni saltar como locos, sin embargos los gatos desde pequeños pueden acceder a zonas imposibles para otras mascotas. Como primer punto ya sabiendo de la agilidad de los mininos, debes identificar que zonas representan un peligro para el gato bebé, además de aquellas sustancias o materiales que pueden ser tóxicas, definitivamente un gran peligro para los gatos que desde pequeños son curiosos. Así que cuidado con tus despensas, los cajones de la cocina, las gavetas, el baño o la zona de lavandería, etc.
Los gatos al ser bebés requieren más atención que los cachorros, esto porque son un tanto más inquietos o activos, por ello hay que hacerlos sentir tranquilos y seguros. Las caricias servirán muy bien para tal propósito.
Dormir y comer es lo único que hacen los gatos bebés, tomando en cuenta ello busca primeramente una zona adecuada para colocar su cama, la que previamente elegiste con el tamaño más apropiado. Sobre la ubicación de la cama toma en cuenta que será el definitivo donde el minino marcará su territorio, no es recomendable acostumbrarlo a dormir en tu cama pues llegada su madures se te hará difícil modificar dicha costumbre.
Para las caricias se recomienda realizarlas en las zonas cercanas a la boca y los oídos, esto para que al momento de visitar al veterinario tu mascota no se muestre incómodo. Realiza tal tarea antes de que duerma, de esta manera estará tranquilo y se adaptará a la revisión de los profesionales.
Recuerda jamás incomodar a tu gato bebé, los juegos son aceptados hasta cierto punto pues no es bueno fastidiarlo demasiado, déjalo descansar si sientes que es así. No dejes de darle amor y mucho cariño, como todo bebé felino tal vez sea muy independiente pero sigue siendo un pequeño descubriendo el mundo.