Los perros suelen deprimirse cuando son abandonados o relegados a un segundo plano. Lo mejor para ellos es pasar tiempo con su dueño y sentir que realmente le importa. Sabemos que un perro tiene depresión cuando lo notamos con total apatía, y debe ser llevado con el veterinario para que el de el tratamiento más adecuado. Suele pasar que, debido a diversas circunstancias nuestra mascota canina se deprima y necesite acudir con el veterinario para saber de qué manera poder ayudarlo.
En ocasiones, las familias adoran a la mascota, lo llenan de mimos, caricias y les dan todo lo mejor. Se preocupan por su alimentación y hasta por que pasen tiempo entretenidos. Todo ello puede sonar bien, pero a veces no conseguimos otra cosa que hacer de nuestro perro un animal muy engreído y hasta desobediente ya que se niega a seguir las órdenes que le da su dueño.
Pero así como hay amos que se desviven por sus mascotas, también están los del otro tipo, personas que los maltratan, abandonan o simplemente los relegan a un segundo plano.
En realidad el carácter de los perros se va forjando de la forma en que influye su dueño, y a veces resulta más conveniente mimarlo y consentirlo que hacer que se sienta rechazado.
Cuando se siente rechazado, cree que la familia no lo acepta, y puede comenzar a sufrir una crisis, entrando en una terrible depresión.Son muchas las causas que pueden influir y originar una depresión como vivir en un espacio reducido y sentirse sin libertad.
El estar aburrido y sin estimulación, así como no tener la mente inactiva, también contribuyen con la depresión.
Cuando lo dejamos solo por mucho tiempo y comienza a ladrar rítmicamente, es señal de que puede estar empezando a deprimirse.
También puede deberse a que la mascota llega a formar parte de familias desorganizadas, o estar dentro de hogares estresantes que van formando los hábitos de perro.
Los perros tienen ansias de compañía y falta de afecto, cambiando su comportamiento, mostrándose miedoso, ansioso, lleno de nerviosismo y rompiendo las cosas.
Notamos un perro deprimido cuando lo sentimos con apatía general, sin respuesta ante ciertos estímulos que en otra situación resultarían gratificantes. También se muestran cansados, sin apetito, con sed y con tristeza.
Cuando notamos con esta conducta a nuestro perro, debemos llevarlo con el especialista, el verá que es lo que le sucede y puede recetarle antidepresivos y hasta mostrar la forma de volver a educarlo.
Lo que verdaderamente importa, es el papel que juega el dueño, ya que debe mantener vivo el contacto con el animal y realizar una serie de actividades con él.A veces se recomienda dejar al animal con el radio o la televisión por algunas horas, cuando deba quedarse solo. Pero la mejor manera de ayudarle es manteniendo una relación directa con su dueño.