La convivencia de humanos y animales conlleva a beneficios claros sobre el estado de salud e incluso el psicológico. Las personas que se crían al lado de mascotas tienen por ejemplo un sistema inmunológico más fuerte además de desarrollar ciertas capacidades como suele pasar entre niños y gatos. Los niños que tienen una buena relación con mascotas como los gatos logran desarrollar capacidades que le sirven durante su vida como por ejemplo la concentración al momento de la lectura. Los niños aprenden mucho de las mascotas de una manera indirecta pero compenetrados con esa energía de calma y concentración clásica en los felinos.
El respeto es un aspecto que el niño comienza a desarrollar al vivir junto a un gato. El pequeño respetará otras formas de vida siempre que el padre sirva como guía explicando al niño que los gatos tienen su espacio y sentimientos. El niño le dará amor, lo llamará por su nombre y respetará su espacio, por eso el pequeño sabrá en un futuro respetar a las personas y otros animales.
La responsabilidad comienza a ser identificada por el niño. Debes explicarle que tener un gato requiere ser responsables en aspectos como los cuidados, hay que darles alimento y agua fresca todos los días, limpiar su arenero y darles un baño a veces para que sean felinos felices y sanos.
La paciencia es otro estado que el niño desarrolla al pasar tiempo con su gato. Como toda mascota se requiere tener paciencia para su crianza, cuidado y educación. Los niños y los gatos aprenden mutuamente, los beneficios son estupendos y hay que aprovechar este educador felino para que nuestros niños desarrollen sensibilidad, respeto y armonía para con todos.