El degú es un roedor muy similar al ratón, con la cabeza como de ardilla y orejas de cobaya. Eran usados como ratones de laboratorio, pero en la actualidad se han convertido en animales de compañía. El degú es un roedor muy parecido a la chinchilla o al gerbo. Sin embargo, los expertos afirman que tiene la cabeza muy parecida a la del ardilla y las orejas como las del conejillo de indias; su rabo se parece al del gerbo, cubierto de pelo y más abundante hacia el final.
Este animal que ahora se ha convertido en mascota es originario de América del Sur, sobre todo en las zonas andinas y hace tiempo atrás, eran usados como experimentos de laboratorio por muchos científicos de los Estados Unidos, que los usaban para investigar la presencia de ciertas enfermedades.
Lo que los diferencia de otros roedores es que tienen la cabeza más larga, orejas cortas y el morro corto; el cuerpo es de forma redondeada y la cabeza alargada. Su pelo es corto llegando hasta el rabo, con un mechón abundante al final.
Al sentirse amenazado o cogerse por la cola, esta puede desprenderse con facilidad. Esta es otra característica propia de ellos.
Suelen ser de color marrón claro, un poco amarillento el dorso y la zona ventral es casi blanca. Su mandíbula le permite roer todo tipo de cosas y dos de los dientes centrales ubicados en la parte bucal superior y el de la inferior, crecen durante toda su vida, no perdiéndolos jamás.
Es un roedor de pequeño tamaño y puede llegar a pesar entre 90 y 250 gramos, pero el peso máximo es un indicador de obesidad, lo que puede ocasionarle ciertas enfermedades, por lo que su alimentación debe ser limitada.
Ningún exceso es bueno ya que pueden adquirir la diabetes, se les puede ofrecer nueces, pasas y el mejor alimento es el llamado granulado para degús, con menos grasas y azúcares. También, se les puede ofrecer alfalfa y heno y pan duro para que fortalezcan sus dientes.
En lo que se refiere a los cuidados, es mejor no bañarlos y cuando están sucios es mejor aplicarles jabón para bebés suave y secarlos rápidamente. Son propensos a resfriarse, por lo que ellos mismo se acicalan.
Tampoco hay que cepillarles el pelaje y resulta buena idea colocarles una bandeja con arena para chinchillas para que puedan jugar, a la vez que les ayudará a mantener el pelo suave y brillante.
A pesar de que ya se ha convertido en una mascota muy popular, no está de más informarse antes de adquirir uno para que puedan estar saludables y vivir el mayor tiempo posible, es decir alrededor de 8 años.