Los peces Betta o luchadores de Siam, son una de las mejores especies para tener en un acuario, son de tamaño pequeño y llegan a medir entre 6 a 10 centímetros de longitud. Aunque su reproducción resulta un tanto complicada y necesita mucho la ayuda de sus dueños, suelen ser muy decorativos y para muchos contituyen una de las mejores terapias de relajación, cuando están dentro de un acuario. Tener un acuario en casa puede resultar muy relajante aparte de decorativo, muchas personas consideran una terapia el sentarse por algunos momentos, y observar el movimiento de los peces. Pero, a veces puede resultar un poco complicado, elegir que peces son los más indicados para tener en casa ya que las variedades que existen son miles de miles.
Para quienes se han convertido en expertos en el tema, los peces Betta o luchadores del Siam, son los más indicados ya que es una de las especies más populares entre los peces de agua dulce, y resultan ideales para los acuarios caseros.
Estos peces llegan a medir entre 6 y 10 centímetros de largo, pueden ser varios colores, sobresaliendo el anaranjado, el azul y el blanco, y es recomendable que vivan en parejas en lugar de grupos ya que los machos suelen ser muy agresivos entre si y constantemente se libran peleas. No se debe tener en un mismo acuario a varios machos, pueden ser varias hebras pero solo un pez debe ser del sexo opuesto.
Su reproducción resulta un tanto curiosa y necesita mucho la ayuda de los dueños ya que en un primer momento deben ser separados en distintos acuarios para que no puedan verse, o de lo contrario debe colocarse en el mismo acuario un separador de cristal.
Después el macho se dispone a construir un nido de burbujas en la parte superior de su acuario, cuando este todo listo, se juntan macho y hembra en el mismo acuario o espacio y puede ser que ocurra la fecundación, o que el macho comience a atacar a la hembra. Si esto sucediera, nuevamente deben ser separados y colocar otra hembra.
Cuando el macho recibe bien a su pareja, la abraza con sus aletas y todo su cuerpo formando una bola.
Cuando están unidos, la hembra desova en el fondo del acuario, y el macho procede a fertilizar los huevos. Pero, una vez que los huevos comienzan a eclosionar se retira a la hembra del lugar, antes que se coma a sus crías y al resto de huevos, tampoco debe quedarse el macho porque puede asesinar a la hembra.
Será el macho quien se encargue de criar a los nuevos peces, pero cuando estos empiecen a nadar correctamente, nuevamente deben separarse para evitar que se las coma o las agreda.
La agresión contante es una característica muy propia de esta especie de peces, y por eso desde siempre han siempre motivo de estudios e investigaciones por parte de psicólogos y etólogos, que se interesan en comparar el estudio de conducta agresiva.