Los perros son animales muy sensibles y la mayoría de ellos no soportan la bulla y los ruidos estrepitosos como el de los fuegos artificiales, reaccionando con una serie de síntomas que complican la situación. Para ayudarlos debemos entrenarlos y acostumbrarlos a los ruidos desde que son cachorros de lo contrario podemos buscar ayuda profesional. Todos los seres humanos hemos sentido miedo en más de una ocasión, tenemos fobias a ciertas situaciones u objetos y reaccionamos de distintas maneras cada vez que nos vemos expuestos a una de ellas.
Sucede lo mismo con los animales, sobre todo con los perros quienes se sienten extremamente sensibles y afectados cuando escuchan ruidos estrepitosos, alarmas, sirenas y la explosión de los fuegos artificiales.
Cuando nuestro perro se encuentra en medio de una situación en donde el ruido y la bulla reinan, tiene varias reacciones como dilatación pupilar, hipervigilancia, agresividad por miedo, taquicardia, inapetencia, vómitos, diarreas, temblores, salivación, micción o defecación involuntarios, destrucción de cosas, ocultamiento, escapes, y en algunos casos pueden llegar a perder peso y pelo.
Para ellos esto es sinónimo de una amenaza real y por ende, deben escapar u ocultarse hasta que haya cesado por completo.
Algunos especialistas relacionan esta fobia con traumas sufridos con el animal desde que ha sido cachorro, o por herencia genética, y recomiendan sacar al animal, aislarlo en otra habitación con música fuerte con percusión y nunca dejarla sola.
El perro debe aprender a relajarse ante una orden simple; otro método puede ser hacerle oír una grabación de fuegos artificiales por unos minutos a un volumen no muy alto durante unos 5 minutos para que vaya acostumbrándose al ruido y la situación. La grabación puede asociarse con actividades que le causen placer y así conseguir que el canino logre tomarlo como algo dentro de lo normal, como una actividad casi frecuente.
Lo peor es castigar a la mascota, ya que solo se consigue enfermarlo más.
Para evitar que se formen estas fobias debemos entrenar y acostumbrar a nuestra mascota desde que es un cachorro, y cuando esté presente el ruido podemos distraerlo con otro tipo de actividad.
Para los casos más graves, se ha creado desde algún tiempo, terapia médica aplicada por especialistas en la materia que lograran recuperar la seguridad de nuestro amigo.